HEBREOS 10.1-18: EL SACRIFICIO DE CRISTO UNA VEZ Y PARA SIEMPRE. FABIAN MASSA.

 

NO PEDIMOS DIEZMOS NI OFRENDAS

Hebreos 10. Nueva Versión Internacional

1 La Ley es solo una sombra de los bienes venideros, no la presencia misma de estas realidades. Por eso nunca puede perfeccionar a los que se acercan para adorar mediante los mismos sacrificios que se ofrecen sin cesar año tras año. 

Con esta declaración, el autor de la Carta, confirma lo que viene exponiendo desde el principio. El Antiguo pacto fue solo un anticipo del Nuevo Pacto, en cada uno de los puntos:

  1. El Tabernáculo, una copia del verdadero que está en el Cielo
  2. El Sacerdocio de Aarón, una sombra del Sacerdocio de Melquisedec
  3. Los sacrificios del Antiguo Pacto tienen efecto por un año. El Sacrificio de Cristo es Eterno.

Por otra parte, La Ley, tanto la de Dios como la de los hombres, no salvan del pecado o error: Solo lo marcan y anuncia la condena/pena para quien los cometa. La Ley es la condena de lo malo, es solo la sombra del Amor de Dios que busca constantemente lo bueno. 

2 De otra manera, ¿no habrían dejado ya de hacerse sacrificios? Pues los que rinden culto, purificados de una vez por todas, ya no se habrían sentido culpables de pecado. 3  Pero sacrificio esos pecados son un recordatorio anual de los pecados, ya que es imposible que la sangre de los toros y de los machos cabríos quite los pecados.

El Antiguo culto era ineficaz, por eso había que repetirlo cada año. Lo mismo con todas las cosas del Antiguo pacto, había que repetir una y otra vez las cosas:

  • La Semana de la Purificación
  • La Semana de la Consagración
  • La Semana de los ayunos
  • La Semana de los Matrimonios
  • La Semana de la Unción con Aceite
  • La Semana de los Encuentros
  • La Semana de por las Dudas

Y la lista es interminable, porque tenes un montón de reuniones inútiles en la Sinagoga donde te congregas, que dentro de 6 meses se vencen y las tenes que volver a realizar…¿Y por qué? Porque donde congregas viven todavía en el Antiguo Pacto.

Reuniones inútiles durante 30 años o más y la mayoría no puede leer un pasaje solo y entenderlo.

Por eso, al entrar en el mundo, Cristo dijo:

«A ti no te complacen sacrificios ni ofrendas;
    en su lugar, me preparaste un cuerpo;
no te agradaron ni holocaustos
    ni sacrificios por el pecado.
Por eso dije: “Aquí me tienes
    —como está escrito en el libro—.
He venido, oh Dios, a hacer tu voluntad”». (Sal 40:6-8)


Si buscan la concordancia y van al Salmo 4.6-8, verán que el texto no les concuerda de manera exacta. Eso es porque el autor de Hebreos, como la mayoría de los autores del NT usaban el Texto Griego (La Septuaginta o Biblia de los LXX), mientras que la mayoría de las Biblias usadas en las Iglesias Evangélicas tiene el texto del AT Hebreo. La versión NTV salva al pie de página el Texto Griego. Pero lo importante es la profecía dada al salmista 1.000 años antes de Cristo: Ya anticipaba que Dios no se deleitaba en los Sacrificios cruentos y que ya había decidido un Nuevo Pacto en Cristo, con Cristo mismo como Sacrificio Perfecto.

Primero dijo: «Sacrificios y ofrendas, holocaustos y sacrificios por el pecado no te complacen ni fueron de tu agrado», a pesar de que la Ley exigía que se ofrecieran. Luego añadió: «Aquí me tienes: He venido a hacer tu voluntad». Así quitó lo primero para establecer lo segundo. 10  Y en virtud de esa voluntad somos santificados mediante el sacrificio del cuerpo de Jesucristo, ofrecido una vez y para siempre. 11  Todo sacerdote celebra el culto día tras día ofreciendo repetidas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados. 12  Pero este sacerdote, después de ofrecer por los pecados un solo sacrificio para siempre, se sentó a la derecha de Dios 13  en espera de que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies. 14  Porque con un solo sacrificio ha perfeccionado para siempre a los que han sido santificados.

11 – 13 Otra vez el autor recalca la conveniencia del Nuevo pacto y su superioridad con el Antiguo. Y la superioridad del Sumo Sacerdocio de Cristo frente al de Aarón.

15 También el Espíritu Santo nos da testimonio de ello. Primero dado:

16  «Este es el pacto que haré con ellos
    después de aquel tiempo», afirma el Señor,
«pondré mis leyes en su corazón
    y las escribiré en su mente».(Jeremías 31:33) 

17  Después añade:

«Y nunca más me acordaré de sus pecados y maldades». (Jeremías 31:34) 

18  Y puesto que estos han sido perdonados, ya no hace falta ofrecer otro sacrificio por el pecado.

Dios puso sus leyes en nuestras mentes en lugar de Tablas de Piedra, y nos da en Cristo el Perdón Eterno, una vez y para siempre. Y por eso no hace falta hacer otros sacrificios:

  • Dios nos ungió con su Espíritu Santo en el Bautismo, deja ya esos ungimientos inútiles que te aplica el Ungido, ¿porque acaso es mejor el aceite Cocinero de Girasol que él te pone que el Espíritu Santo con que Dios te ungió?
  • Deja ya esas sesiones inútiles de ayuno como castigo o sacrificio, ya Cristo hizo un Sacrificio Perfecto. Además, mucho ayuno, pero muchos siguen teniendo terrible sobrepeso… No te sirvió ni para adelgazar.
  • Deja ya esas sesiones de largas oraciones en español del siglo XVI, ¿acaso no leíste eso de “No hagas vanas repeticiones, como los gentiles” (Mat 6.7)?



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