CLASE 10 DISCIPULADO Y SERVICIO SEGUN PABLO EN EFESIOS 4.1-16. FABIAN MASSA

 

IMPORTANTE: NO PEDIMOS DIEZMOS NI OFRENDAS

Por favor lean atentamente todo el capítulo 4 de Efesios. Aquí les presentamos un resumen con una reflexión de cada tema que toca Pablo en 4.1-16.

Tengamos en cuenta algo básico y evidente: Se le presta un servicio a alguien que lo necesita. Por tal razón es imposible prestar un servicio directamente a Dios, pues Él no necesita absolutamente nada. Dios, nos permite prestar servicios al prójimo y esta es la única forma de poder servirlo a Él.

Él nos brinda la oportunidad de servir a los demás como un acto de amor, y al hacerlo, se convierte en una forma tangible de rendirle servicio a Él.

Este principio resuena mucho con las enseñanzas de Jesús, quien habló repetidamente sobre amar al prójimo y destacó que cualquier acción en favor de los más pequeños, débiles o necesitados es, en esencia, un acto hacia Dios mismo (como en Mateo 25:40: "Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de estos más pequeños, lo hicieron por mí"). En este sentido, cada vez que ayudamos, compartimos, cuidamos o brindamos apoyo a alguien, estamos participando en una expresión del amor divino.

Además, esta perspectiva nos invita a vivir con una actitud humilde y servicial, enfocándonos en las necesidades de los demás y dejando de lado cualquier intento de "servir" a Dios desde una posición de orgullo o autosuficiencia. Es una manera de recordar que el verdadero servicio está en el acto de amar al prójimo, sin esperar reconocimiento ni recompensa.

Versículos 1-3: Llamado a la vida cristiana Pablo exhorta a los creyentes a vivir de manera digna del llamamiento recibido, con humildad, amabilidad, paciencia y amor, esforzándose por mantener la unidad del Espíritu mediante la paz. Esto es, ni más ni menos, que ser un imitador (un buen discípulo) de Cristo.

Versículos 4-6: Unicidad de la fe y de Dios Se enfatiza la unidad en la fe, destacando que hay un solo cuerpo, Espíritu, Señor, fe, bautismo y Dios Padre, quien está por encima de todo y en todos.

Definitivamente, los versículos 4-6 presentan un mensaje muy poderoso sobre la unicidad de la fe y de Dios, y pueden ser interpretados como un llamado a la unidad entre los creyentes. La idea de que hay "un solo cuerpo" y "un solo Espíritu, Señor, fe, bautismo y Dios Padre" parece ser una exhortación para reconocer que, a pesar de las diferencias, todos los que siguen a Cristo forman parte de la misma familia espiritual.

El sectarismo y las divisiones entre las denominaciones dentro del cristianismo protestante, y en el cristianismo en general, pueden ser un desafío para esa unidad. La diversidad de enfoques y prácticas puede enriquecer la fe en muchos aspectos, pero también puede ocasionar tensiones cuando esas diferencias se convierten en barreras que separan en lugar de unir.

Volver a la simplicidad de la Escritura es una forma de reenfocar la fe en lo esencial y en lo que une a los creyentes: el mensaje claro del amor, la gracia y el propósito divino. A menudo, los debates excesivamente complejos o las interpretaciones rebuscadas pueden desviar la atención de lo que realmente importa: vivir los valores del Evangelio en humildad, servicio y amor. Esta es la idea que alimenta a la IGLESIA DE LA DISPERSIÓN DEL SIGLO XXI.

La simplicidad no significa falta de profundidad, sino más bien una fe que se centra en lo fundamental y se despoja de cargas innecesarias. Jesús mismo predicó de manera sencilla, llegando al corazón de las personas sin complicaciones ni argumentos excesivos. Tal vez, como mencionamos, regresar a esa claridad puede ser el camino para superar divisiones y fortalecer la unidad.

Este pasaje podría ser interpretado como un llamado a superar esas divisiones ya enfocarse en lo esencial: la fe en Cristo, el amor y el propósito común de servir y glorificar a Dios.

Versículos 7-10: Gracia y dones de Cristo  reparte dones a los creyentes según su gracia y poder. El texto menciona su ascensión, que simboliza la victoria y el otorgamiento de dones a la humanidad. Si bien el texto de los versículos 7-10 parece enfocarse en cómo Cristo da dones a los creyentes con el propósito de edificar la iglesia y fortalecer su comunidad, no debemos excluir a nadie, creyentes o no, ya que, obviamente lo no creyentes tienen también talentos y habilidades y muchos de ellos las usan para bendecir a la Humanidad.

De hecho, muchas tradiciones cristianas interpretan que Dios otorga dones y capacidades a toda la humanidad, sin importar su fe, como un reflejo de su amor universal. Y más allá de lo que interpretan las Tradiciones Cristianas, lo cierto es que muchos No Creyentes han sido bendecidos con importantes dones, y muchos de ellos los ponen al servicio del prójimo y por lo tanto de Dios. 

Desde esa óptica, incluso si no lo hacen conscientemente “para Dios”, estarían contribuyendo al propósito más amplio de bienestar colectivo ya la construcción de un mundo mejor, algo que muchas tradiciones espirituales valoran profundamente. Es decir, aún sin saberlo o sin quererlo, están sirviendo a Dios y al prójimo. Además, esta perspectiva crea un punto de encuentro entre distintas creencias, mostrando que lo que realmente importa es el acto de dar y servir con un corazón sincero.

En este contexto, los dones espirituales mencionados en el pasaje tienen una finalidad específica dentro de la comunidad de creyentes, pero eso no anula que los no creyentes también puedan utilizar sus habilidades para beneficiar al prójimo, construir lazos de solidaridad o aportar al bien común. Este espíritu de servicio y amor al otro es algo que trasciende cualquier barrera de fe.

La gracia de Dios se manifiesta de formas diversas, incluso en quienes no lo reconocen directamente.

Versículos 11-13: Roles en la iglesia y propósito espiritual Pablo enumera los roles dados por Cristo (apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros) con el fin de equipar al pueblo de Dios para la obra de servicio y edificar el cuerpo de Cristo hacia la unidad y madurez espiritual.

Aunque los versículos 11-13 se centran en los roles específicos dentro de la iglesia y su propósito espiritual en la comunidad cristiana, es evidente que también hay personas fuera de la fe que realizan actos de inmenso valor y dedicación por el bienestar de los demás.

Médicos que se arriesgan en áreas de extrema necesidad, investigadores que dedican su vida a combatir enfermedades, maestros rurales que sacrifican comodidades para educar a los más vulnerables… Todos ellos son ejemplos extraordinarios de servicio y entrega. Desde una óptica espiritual, podríamos decir que esas personas, aunque no lo reconozcan, están actuando de acuerdo con valores profundamente humanos y universales que reflejan amor, empatía y un deseo genuino de construir un mundo mejor.

Esto resalta un mensaje importante: el servicio y el impacto positivo no están limitados a un contexto de fe religiosa. Más bien, son expresiones de la capacidad humana de hacer el bien, algo que puede conectar a todos, creyentes o no. En última instancia, estas acciones también contribuyen al bienestar colectivo, y cumplen un propósito mayor dentro del plan divino, aunque sea de forma implícita.

Versículos 14-16: Madurez y edificación mutua Se anima a los creyentes a dejar la inmadurez y crecer en amor, impidiendo las falsas enseñanzas. Cada miembro del cuerpo de Cristo contribuye a su crecimiento y fortalecimiento en armonía. Y también su comportamiento impacta directamente sobre su entorno, bendiciendo y mostrando el amor de Dios.

 



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