PARÁBOLA DE LOS DOS HIJOS Y LA VIÑA. MATEO 21.28-32. FABIAN MASSA

NO PEDIMOS DIEZMOS NI OFRENDAS

Parábola de los dos hijos - Mateo 21.28-32 NVI

28 »¿Qué les parece? —continuó Jesús—. Había un hombre que tenía dos hijos. Se dirigió al primero y dijo: “Hijo, ve a trabajar hoy en el viñedo”. 29 “No quiero”, contestó, pero después se arrepintió y fue. 30 Luego, el padre se dirigió al otro hijo y le pidió lo mismo. Este contestó: “Sí, señor”; pero no fue. 31 ¿Cuál de los dos hizo lo que su padre quería?».

—El primero —contestaron ellos.

Jesús dijo:

—Les aseguro que los recaudadores de impuestos y las prostitutas van delante de ustedes en el reino de Dios. 32 Porque Juan vino a señalarles el camino de la justicia y no le creyeron, pero los recaudadores de impuestos y las prostitutas sí creyeron en él. Incluso después de ver esto, ustedes no se arrepintieron para creerle.

Este texto corresponde a una de las parábolas de Jesús que resalta tanto el poder de la acción como la importancia del arrepentimiento sincero, superando las meras palabras. 

El contraste entre palabras y hechos : Jesús presenta dos respuestas opuestas de los hijos, que reflejan actitudes humanas comunes. Uno dice "No" inicialmente pero luego actúa, mientras el otro promete actuar, pero no lo hace. Este contraste enfatiza que hacer la voluntad del Padre es más importante que simplemente declarar intenciones. La parábola nos invita a reflexionar: ¿Nuestras acciones están alineadas con nuestras palabras?

El poder del arrepentimiento : El primer hijo inicialmente se niega, pero luego se arrepiente y actúa. Este arrepentimiento simboliza una transformación del corazón, un tema recurrente en las enseñanzas de Jesús. Nos recuerda que nuestras acciones pueden corregirse, siempre que haya humildad y disposición a cambiar.

La crítica a la religiosidad vacía : Cuando Jesús declara que los recaudadores de impuestos y las prostitutas van delante de los líderes religiosos en el Reino de Dios, está desafiando las ideas de justicia propias de su tiempo. Estos grupos marginados aceptaron el mensaje de Juan el Bautista y se arrepintieron, mientras que los líderes religiosos, que decían ser justos, no actuaron en consecuencia. Este pasaje denuncia una fe superficial basada en apariencias, invitándonos a examinar la autenticidad de nuestra relación con Dios. Este mensaje sigue teniendo relevancia en nuestros días y nos invita a reflexionar sobre las actitudes de los religiosos contemporáneos que pueden caer en prácticas similares de religiosidad vacía. Aquí un ejemplo adaptado a los religiosos actuales:  Hoy en día, podríamos identificar la crítica hacia quienes usan su fe o posición religiosa como una fachada para aparentar piedad, pero cuyos comportamientos no reflejan los valores fundamentales del Evangelio, como el amor, la humildad y la justicia. 

  • Líderes religiosos que priorizan rituales y formalismos, pero descuidan la compasión hacia los necesitados o ignoran las injusticias sociales.
  • Comunidades donde se enfatiza el cumplimiento externo de reglas religiosas, como asistir a servicios o seguir ciertas normas, mientras se descuida el verdadero crecimiento espiritual y la transformación del corazón.
  • Hoy, muchos religiosos podrían enfocarse en aspectos estrictamente dogmáticos o rituales, como los servicios, las tradiciones y los discursos, pero con frecuencia descuidan la compasión hacia los necesitados y pasan por alto las injusticias sociales que afectan su entorno. Esta actitud refleja una desconexión con la realidad, ya que en lugar de involucrarse activamente para transformar las vidas de quienes más lo necesitan, permanecen en una burbuja de religiosidad que les impide ver los desafíos reales que enfrentan las comunidades a su alrededor.
  • Por ejemplo, podríamos pensar en líderes religiosos que predican amor y generosidad desde sus púlpitos, pero son indiferentes frente a problemas como la pobreza, la falta de acceso a la educación, o incluso la violencia y la inequidad. Esta desconexión no solo limita el alcance de su mensaje, sino que también contradice los valores fundamentales que enseñan.  La crítica que Jesús hace en la parábola sigue vigente, invitando a los religiosos de hoy a salir de su comodidad y enfrentarse a las realidades sociales con empatía, acción y un compromiso genuino. Es una llamada a construir una fe que no solo sea espiritual, sino que tenga un impacto tangible en el mundo. 
  • Personas que juzgan y condenan a otros por su estilo de vida o decisiones, en lugar de ofrecerles guía, apoyo y misericordia.  Un caso práctico podría ser alguien que habla públicamente de valores cristianos, pero en su vida cotidiana demuestra arrogancia, falta de empatía y actitudes discriminatorias hacia los demás. Tal como en la época de Jesús, estas acciones reflejan una desconexión entre lo que se predica y lo que se vive, y nos recuerdan la importancia de una fe auténtica que trascienda las apariencias. 
  • La acción como prueba de fe : Jesús subraya que la fe verdadera se manifiesta en hechos . Este mensaje es clave: más allá de nuestras palabras, nuestras decisiones y acciones demuestran si hemos entendido y aceptado el llamado de Dios.

En resumen, este texto es una llamada a la autenticidad, a actuar con congruencia entre lo que decimos y hacemos, ya valorar el poder transformador del arrepentimiento. 

 


 


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