JESUS, EL CONTADOR DE HISTORIAS. FABIAN MASSA

 

NO PEDIMOS DIEZMOS NI OFRENDAS

Estimados, en esta oportunidad quiero destacar un arista poco mencionado de Jesús: su gran talento para crear y contar historias , las parábolas. Estos relatos ficticios, basados ​​en cosas y situaciones cotidianas, contienen enseñanzas fundamentales que marcaron profundamente la vida de quienes los escucharon. Aquí una lista de las más conocidas:

  • El sembrador : Mateo 13:3-8, Marcos 4:3-8, Lucas 8:5-8
  • El buen samaritano : Lucas 10:25-37
  • El hijo pródigo : Lucas 15:11-32
  • La oveja perdida : Mateo 18:12-14, Lucas 15:3-7
  • El fariseo y el publicano : Lucas 18:9-14
  • El rico insensato : Lucas 12:16-21
  • El siervo vigilante : Mateo 24:42-44, Lucas 12:35-40
  • Las diez vírgenes : Mateo 25:1-13
  • Los talentos : Mateo 25:14-30
  • La red : Mateo 13:47-50
  • El tesoro escondido : Mateo 13:44
  • La perla de gran precio : Mateo 13:45-46
  • La levadura : Mateo 13:33, Lucas 13:20-21
  • La semilla de mostaza : Mateo 13:31-32, Marcos 4:30-32, Lucas 13:18-19
  • Los labradores malvados : Mateo 21:33-46, Marcos 12:1-12, Lucas 20:9-19

Las parábolas fueron registradas por los autores de los Evangelios, y eran uno de los métodos principales que Jesús utilizaba para predicar. Él cautivaba a su audiencia con relatos vívidos, haciendos “meterse dentro de la parábola y vivirla como si fuera una realidad” . Así, lograba que las personas comprendieran e incorporaran las enseñanzas en su vida diaria.

Hoy, 21 siglos después, el método de la predicación sigue siendo el mismo. Sin embargo, en lugar de inventar las historias, las leemos en la Biblia. Pero cuando las leemos, surge una pregunta clave: ¿interpretamos la historia de manera que el oyente pueda “meterse dentro y vivirla”? Es decir, ¿hacemos una interpretación artística de la lectura, como hacía Jesús? El propósito de la predicación es que el público reciba e incorpore la enseñanza del relato en su vida, y la interpretación artística puede ser una herramienta poderosa para alcanzar ese objetivo.

Este desafío no solo aplica para los evangelistas o pastores que predican desde el púlpito. También es para vos, que lees la Biblia a tu familia. ¿Has asumido tu rol como sacerdote en tu hogar? Este rol implica leer la Escritura, dar el ejemplo, enseñar y animar a tu familia a caminar como Dios manda.

Dicho en lenguaje popular: si tu lectura es rígida y sin emoción, el impacto será cercano a cero . No se trata de “apenas leer”, sino de leer bien, no solo para que otros te entiendan, sino para que tú mismo entiendas mejor. La buena noticia es que todos podemos mejorar como relatores de historias. El secreto está en leer, leer y leer en voz alta. Además, es útil optar por versiones de la Biblia en español actual, como la NVI, NTV, Dios Habla Hoy o Biblia en Lenguaje Actual, en lugar de las versiones RV con su español más antiguo del siglo XVI.



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